Puede que alguna vez te hayas preguntado si serías capaz de desmontar un objeto de uso diario, digamos un secador, y volver a montarlo. ¿Y por qué no transformarlo en un objeto diferente, como por ejemplo un hervidor de agua?
Motivado por la creciente complejidad de los objetos que usamos a diario, y la frustración que provoca la cantidad de residuos que generan, el estudiante de diseño Weilun Tseng propone un futuro en el que los electrodomésticos puedan ser reconfigurados como un Lego, partiendo de módulos simples.
Su fuente de inspiración fueron las fotografías de Tod Mclellan publicadas en el libro «Things Come Apart» donde expone la complejidad de los objetos que utilizamos y que son de alguna manera de «código cerrado» ya que el fabricante no comparte la información necesaria para modificarlo o mejorarlo.
La simplicidad de las pieza que Tseng propone no es casual: pretende que sirvan como base para que otros puedan diseñar mas módulos que añadan nuevas funciones o mejoras.
El acceso a la producción a escala individual que dan las maquinas de impresión 3D da sentido a todo el concepto y es básico para que la idea sea realizable, eliminando la obsolescencia programada que domina el diseño de producto a día de hoy. La pregunta no seria si elegir esta marca o la otra basándose en criterios ecológicos o éticos, que la marca por otro lado puede manipular, sino que cada individuo podría imprimir su propio criterio en cada objeto diseñando el mismo o accediendo a un abanico de diseños mucho mas grande.
Las mejoras pueden venir tanto por la manera de combinar los módulos como rediseñando los mismos. Algunos ejemplos de las combinaciones posibles de los módulos diseñados por Tseng:
Ventilador
Hervidor de agua
Lámpara
Secador
Un ejemplo de mejora es el rediseño de un estudiante de Diseño Industrial de Taiwan que viviendo en Holanda estaba harto de tener siempre los pies mojados:
Aunque actualmente utópico, como concepto es muy potente y un futuro escenario posible. Seria necesario que evolucione la introducción del 3dprint y, sobre todo, la mentalidad de los consumidores que somos todos siendo mas activos a la hora de plantearnos que hay detrás de cada objeto que compramos.
Como concepto lo veo muy bien pero el problema, evidentemente, es el llevarlo a la realidad. Para ello tendría que superar varios obstáculos importantes. Uno sería el de la normativa en cuanto a seguridad de los productos electrónicos. Ahora mismo existe una regulación muy rígida de la UE respecto a este tipo de productos y no se hasta que punto se puede dejar en manos del consumidor la manipulación de los mismos sin que se ponga en peligro su seguridad y se respete la normativa europea.
El otro impedimento que existe para llevar a cabo este proyecto es lógicamente las reticencias de las grandes empresas del sector electrodoméstico a que se lleve a cabo este tipo de iniciativas. Aun así es importante que surgan este tipo de ideas para hacernos ver que estamos llegando a un punto en el que la acumulación de desechos de bienes de consumo se está haciendo insostenible y hay que buscar alternativas viables.
Muy interesante este post